La Justicia ordenó que se investigue el castigo físico y la tortura y el posible ocultamiento del hecho que sufrió un interno que viene denunciando la venta de drogas en el penal de Villa Urquiza.
Gonzalo Giri, que estaba privado de su libertad en el penal de Concepción, denunció que el 12 de junio fue golpeado por los guardias del penal. También expuso que lo habían encadenado y que lo hicieron dormir en un colchón en una galería de la unidad carcelaria.
El caso fue denunciado por el defensor del recluso Gustavo Morales. La jueza de Ejecución Alicia Merched, por la gravedad del hecho, pidió que se examinara al interno. El reo, según informaron fuentes judiciales fue revisado por un enfermero del penal. En el informe se dijo que no presentaba lesiones a simple vista.
La magistrada dudó y solicitó que el estudio fuera realizado por un médico forense. El profesional no sólo confirmó que tenía lesiones características de personas que habían recibido golpes, sino que le encontró huellas de haber estado atado o encadenado.
Audiencia
Pese a que Giri no está bajo su cuidado, la jueza de Ejecución resolvió actuar por un hábeas corpus presentado por Morales. El lunes se realizó una audiencia. En ese acto procesal, el detenido ratificó la denuncia que había realizado.
También declararon dos compañeros de encierro del denunciante. Ambos confirmaron los castigos físicos y la tortura que había sufrido Giri el 12 de junio. Entonces, la magistrada resolvió que Giri sea trasladado al Destacamento Faliveni (medida que fue concretada el mismo lunes) y rechazó el pedido de que se le otorgue el arresto domiciliario, como lo había solicitado el reo.
Merched también ordenó que se tomen medidas de protección a favor de los internos del penal que declararon en la causa y advirtió a las autoridades del servicio penitenciario sobre su responsabilidad en el cuidado de los presos. También remitió las copias de las actuaciones para que una fiscalía investigara el caso con el fin de identificar a los autores del castigo.
Giri es considerado un testigo clave por la Justicia Federal. Él, junto a otros compañeros de encierro, denunció cómo es el sistema de comercialización de drogas en la cárcel de Villa Urquiza.
En marzo del año pasado, el camarista Pedro Roldán Vázquez descubrió que acababa de haber sido golpeado por los guardias por las denuncias que había realizado. El magistrado ordenó su traslado y tanto el fiscal federal Pablo Camuña como el juez Daniel Bejas oficiaron al servicio penitenciario que protegieran al recluso y que se les informara sobre su traslado. Pero nada de eso ocurrió y Giri volvió a ser víctima de una golpiza y de tortura.